Se llaman principios inmediatos a los compuestos químicos más sencillos a que se reducen los alimentos que tomamos a través del proceso digestivo. Todos los alimentos que se incorporan al organismo son asimilados a través del proceso digestivo, eliminando todo aquello que no es útil o simplemente tóxico.
En nuestra alimentación deben encontrarse siempre estos tres elementos: Proteínas, Hidratos de Carbono y Grasas.
Proteínas. Son compuestos formados de por Carbono, Hidrógeno, Oxígeno y Nitrógeno. Las proteínas son los materiales de construcción que forman parte del organismo, ayudando al crecimiento de los tejidos o a su reparación. Las necesidades de proteínas son más elevadas en determinados momentos de la vida: infancia, adolescencia, embarazo y lactancia.
Hidratos de Carbono. De la misma composición que las poteínas, pero sin la presencia del Nitrógeno, los carbohidratos constituyen los materiales de combustión del organismo, es decir, proporcionan a los órganos y los músculos la energía necesaria para llevar a cabo sus actividades. Igualmente, proporcionan calor. Son fundamentales para que nuestro cuerpo funcione, para que nos podamos mover y realizar actividades.
Grasas. Las grasas son insolubles en agua y su función es calórica, ya que su combustión es la fuente principal de calor orgánico. Las grasas sirven para guardar energía y constituyen la gran fuente de reserva del organismo.
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